refrán
“Cuando los que gobiernan hacen lo que deben, los gobernados no hacen lo que quieren.”
LOGRO: analiza estrategias, explícitas o implícitas, de organización estructura y componentes de los textos.
REALIZA UN MEME SOBRE ARISTÓTELES EL ORIGEN DEL ESTADO
1
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Menciona tres problemas de tu comunidad. ¿Cuál sería el trabajo
político que podrías desarrollar para su solución?
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2
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¿Crees que debes participar en la toma de decisiones de la comunidad.
es decir, en su política?
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3
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Piensa si es posible para cualquier hombre aislarse por completo de la
actividad política de su comunidad. Si, no ¿por qué?
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4
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Reflexiona sobre la siguiente afirmación: "cualquier actividad y
actitud que tome el hombre encierra una posición política"
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5
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Teniendo presente la relación entre la ética y la política, establece
a partir de un escrito. Como una y otra disciplina condicionan al hombre y
termina su comportamiento en sociedad.
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Teoría de los gobiernos y de la soberanía:
La constitución es la que determina en todas partes
la organización del Estado en relación con las magistraturas, principalmente la
soberana, el soberano es siempre el gobierno, por lo que es la constitución
misma.
Se pueden diferenciar dos tipos de constituciones,
según el interés que persigan, pueden ser:
·
Constituciones puras: son las hechas
en vistas del interés general, son puras porque practican rigurosamente la
justicia
·
Constituciones impuras: sólo tienen
en cuenta el interés personal de los gobernantes, no son más que una corrupción de las buenas constituciones,
están viciadas.
Aristóteles divide las formas de gobierno en puras
e impuras, que son las deformaciones de las formas puras, según persigan el
interés de uno o muchos. Así, encuentra dentro de las formas puras de gobierno:
·
La Monarquía: que es el gobierno de uno sólo.
·
La Aristocracia: que es el gobierno
de una minoría conformada por hombres de bien.
·
La República: que es el gobierno de
la mayoría
Y dentro de las formas impuras, están:
·
La Tiranía: que es la que tiene como
fin el interés personal del monarca.
·
La Oligarquía: que es la que tiene
como fin el bien personal de los ricos.
·
La Demagogia: que tiene como fin el
bien particular de los pobres.
El fin del Estado debe ser siempre, no sólo la
existencia material de todos los asociados, sino también su felicidad y su
virtud, siendo ésta última la de primer cuidado dentro del Estado, para que la
asociación política no se convierta en una alianza militar, ni la ley. en una mera convención. La
ciudad es la asociación del bienestar y de la virtud, para el bien de las
familias y las diversas clases de habitantes, para alcanzar una existencia que
se baste a sí misma.
Si dentro de la ciudad hay algún ciudadano, o
muchos, que tengan tal superioridad de méritos que los demás ciudadanos no
puedan competir con el suyo, siendo la influencia política de estos individuos,
incomparablemente más fuerte, no pueden ser confundidos en la masa de la
ciudad, porque reducirlos a iguales sería cometerles una injuria, ya que podría
decirse que son dioses ente los hombres.
La ley no se ha hecho para seres superiores, sino
que ellos mismos son considerados la ley, sería ridículo intentar someterlos a
la constitución. Esto es considerado causa de Ostracismo en otros estados,
principalmente en los democráticos, donde se cuida la igualdad entre todos los
ciudadanos, cuidando que ninguno sobrepase en poder al otro, pero lo que se
debe hacer en estos casos es tomar a esto como rey mientras viva.
En todos los casos, es preferible que la soberanía
resida en la ley positiva, que en algún ciudadano, ya que el hombre se corrompe
ante el atractivo del instinto y las pasiones del corazón cuando se encuentra en el
poder. La ley, en cambio, "es la inteligencia sin ciegas pasiones".
Teoría General de la ciudad perfecta:
El gobierno perfecto es aquel que procura a todos los ciudadanos
el goce de la más perfecta felicidad, dividiendo a estos goces en tres
diferentes clases: los que están fuera de su persona, bienes
del cuerpo y bienes del alma consistiendo así la felicidad en la reunión de
todos éstos, que pueden ser adquiridos y conservados mediante la virtud. La
felicidad es patrimonio de
los corazones más puros y de las inteligencias más distinguidas, siendo por lo
tanto el estado más perfecto, el más dichoso y más próspero. La felicidad nunca
puede estar acompañada del vicio, porque tanto el Estado como el hombre no
prosperan sino a condición de ser virtuosos y prudentes, transformándose en el
fin esencial de la vida de ambos el alcanzar este grado de virtud y hacer todo
lo que ella ordene.
Para Aristóteles el Estado más perfecto es aquél en el cual cada
ciudadano puede, gracias a las leyes, practicar lo mejor posible la virtud y
asegurar su felicidad, adoptando el camino que le parezca mejor, así, algunos
se dedicarán a la política y otros a la filosofía. La felicidad sólo se
encuentra en la actividad, pues sólo en ella se realiza la virtud, por lo cual
es un error preferir la inacción al trabajo, siendo por lo tanto la actividad
el asunto capital de la vida.
En ese Estado perfecto debe haber equilibrio entre
la cantidad de ciudadanos y la extensión del suelo (causa material del estado).
No debe haber demasiados habitantes ya que no es posible el orden en la multitud,
su cantidad debe ser reducida de modo que sea posible que se conozcan entre sí,
para que de esta manera las elecciones y sentencias jurídicas no sean
necesariamente malas pero a la vez debe alcanzarse un mínimo necesario para la
subsistencia.
En cuanto al territorio sobre el cual se asienta el Estado, debe
ser fértil y ni demasiado pequeño - que impediría satisfacer las necesidades de
sus habitantes - ni demasiado grande - que lo tornaría ingobernable.
La justa proporción consiste en tener el mayor número posible de
ciudadanos capaces de satisfacer las necesidades de su existencia, pero no tan
numerosos que dificulten su inspección o vigilancia.
Los elementos indispensables para la existencia de la ciudad
son: la subsistencia, las artes, las armas, cierta abundancia de riquezas,
culto divino y decisión sobre los asuntos de interés general y procesos individuales;
para todos y cada uno de estos elementos debe haber en el Estado ciudadanos
dedicados a procurarnos, ya que la falta de cualquiera de ellos resultaría en
la imposibilidad del autoabastecimiento de esa sociedad.
Se pueden suponer diversas combinaciones según la importancia
relativa que se atribuya a las funciones anteriores, siendo ésto lo que
constituye la característica propia de cada forma de gobierno; así, en la
democracia todos los derechos son
comunes, al contrario de lo que ocurre en la oligarquía.
Siendo los ciudadanos los únicos que componen el cuerpo
político, se abstendrán de realizar trabajos contrarios a la virtud o
relacionados a la agricultura, puesto que para ocuparse de la cosa pública se
necesita tiempo ocioso.
Los ciudadanos están divididos en dos clases: los guerreros y lo
que deliberan sobre los negocios del
Estado y juzgan los procesos, confiriendo las funciones según las distintas
etapas de la vida, habida cuenta que una necesita del vigor de la juventud y
las otras prudencia, la que es propia de las etapas maduras de la vida. Los
artesanos, como otras clases extrañas a las nobles ocupaciones de la virtud, no
gozan de derechos políticos.
Un Estado es virtuoso sólo cuando todos los ciudadanos que lo
componen lo son. Tres son las cosas que pueden hacer al hombre bueno y
virtuoso: la naturaleza, en cuanto nos concede virtudes espirituales y
corporales, el hábito, que pervierte o mejora las cualidades naturales y la razón
a cuyo imperio el hombre está sometido.
De los deberes del Legislador:
En el momento de redactar la Constitución para cada lugar es
preciso tener en cuenta, tanto la que es ideal para ese lugar, como así también
la que es posible que se adapte según las condiciones que el mismo presenta;
ésto constituye una ciencia que para muchos quizás será imposible de alcanzar,
pero no para el verdadero legislador y el político, que no ignoran en absoluto
ninguna de las circunstancias. También debe de considerar cuál es la que durará
durante la mayor cantidad de tiempo posible, cuál es régimen que derivará del
supuesto dado, luego de haber examinado detalladamente la constitución y sobre
todo, tendrá que considerar cual es la mejor constitución que se ajusta a todas
las diferentes ciudades. En resumen, "no habrá de considerar sólo la mejor
constitución, sino sólo la que es posible, la más fácil y la que comúnmente
pueda implantársele a todas las ciudades". (pág. 67)
Otra opción, no por eso menos importante, sería reformar las
constituciones que ya tienen las respectivas ciudades, de manera que los
habitantes las puedan acatar y compartir fácilmente, restableciendo un orden
político. Pero todo será imposible para el que piense que sólo hay una forma
constitucional, es decir, para aquel que crea que sólo una forma de democracia
y una de oligarquía son posibles, ignorando de cuantos modos pueden combinarse.
Esto también ocurre con las leyes, teniéndose en cuenta cuáles
son las mejores que pueden adaptarse al sistema constitucional, porque éstas se
establecen en vista de las constituciones y no de manera inversa, porque es
imposible que todas las leyes se adapten a todas las democracias y a todas las
oligarquías, si es que realmente hay diversidad de ellas.
Sobre las formas de gobierno y sus desviaciones:
En todo régimen, la primera desviación de la forma original de
organización será la peor. Por ejemplo: en la monarquía, la desviación que más
se aleja al gobierno constitucional es la tiranía, en segundo lugar viene la
oligarquía que es la que se aleja de la forma aristocrática y por último, como
la desviación más moderada, se encuentra la democracia. Aunque todas estas
formas son erradas, ya que no hay una mejor, sino una menos mala.
La causa de que se encuentren distintas formas de gobierno es
que todas las ciudades están conformadas por familias ricas, que poseen armas,
pobres, que no las poseen y otras de clase media, también hay campesinos,
comerciantes y obreros. Es decir que hay distinciones por las riquezas, por las
propiedades y por nacimiento o virtud, que son las que constituyen los
elementos de la ciudad, con lo que necesariamente habrá pluralidad de
gobiernos, en referencia a los arreglos que se hagan entre las partes
superiores e inferiores dentro de la comunidad, siendo oligárquicas o
despóticas las más tensas, y democráticas las más relajadas y suaves,
existentes sólo cuando son los hombres libres los que ejercen la soberanía, que
sólo por casualidad resultan de ser la mayoría.
Las ciudades no están compuestas de una, sino de muchas partes:
los labradores, los obreros, los comerciantes, los jornaleros y la clase
militar, cuya existencia es no menos indispensable, pero debe haber aún alguien
que administre el derecho, que desempeñe la justicia judicial y una clase deliberativa
(que corresponde a la prudencia política), pero no es al caso que estas
funciones se encuentren en la misma persona o en personas separadas. Se
encuentran otras clases como la de los funcionarios públicos, quienes
administran las magistraturas en la ciudad, ya sea de manera continua o por
turnos, la clase que delibera y la que juzga sobre los derechos de los
litigantes, que deben ser desempeñadas por hombres dotados de virtud en manera
política.
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