La democracia, según el filosofo Jean-Jacques Rousseau, es definida como
un gobierno directo del pueblo. Que se basaba en defender un sistema en que
todos los ciudadanos, libres e iguales, pudieran llegar a manifestar su
voluntad para lograr obtener un acuerdo común, un contrato social. Lo que el
estableció como contrato social diría que «toda ley que el pueblo no ratifica,
es nula y no es ley» y que «la soberanía no puede ser representada por la misma
razón que no puede ser enajenada». Como la voluntad general no puede ser
representada defendía un sistema de democracia directa que inspira, hasta
cierto punto, la constitución federal suiza de 1848.
Rousseau concebía la democracia como un
gobierno directo del pueblo. El sistema que defendía se basaba en que todos los
ciudadanos, libres e iguales, pudieran concurrir a manifestar su voluntad para
llegar a un acuerdo común, a un contrato social. En El contrato social diría
que: "toda ley que el pueblo no ratifica, es nula y no es ley" y que:
"la soberanía no puede ser representada por la misma razón que no puede
ser enajenada".
Los
grandes conceptos del contrato social.
La teoría política democrática de Rousseau,
parte de tres grandes conceptos: contrato social, soberanía popular y voluntad
general, que pasamos a analizar en ese orden.
El aporte de Rousseau como se verá fue revolucionar el contenido de esos
conceptos, sistematizarlos en forma que correspondiera en general con la
ideología de un régimen político democrático radical.
a. Pacto social.
Para
Rousseau, el orden social es un derecho fundado en un pacto; conforme a este el
individuo pierde su libertad natural (ilimitada) a cambio de la libertad civil
(derecho de propiedad sobre lo que tiene).
La libertad moral así ganada hace dueño al hombre de si mismo y le lleva
obedecer la ley, pues si la libertad es derecho inalienable, la Autoridad exige
la obediencia a la Sociedad. A su vez,
el pacto sustituye la igualdad natural por la igualdad moral en derechos
(independientemente de la fuerza o intelecto individual).
El pacto no enajena los derechos individuales
a favor de otro sino de la Comunidad, con lo cual se pasa del gobierno de la
voluntad al gobierno de la razón y el derecho.
Alguno considera esto un espejismo, pues el darse cada uno a todos es no
darse a nadie. Pero, según Rousseau, el
problema central es hallar una asociación libertaria no alienante donde cada
uno se entregue a los demás y simultáneamente los reciba, sin menoscabo de su
personalidad. La respuesta es un pacto
que tiene como único resultado un cuerpo moral colectivo, soberano.
Los derechos y libertades no existen sino en
la medida en que los hombres son miembros de un grupo. La libertad, igualdad y propiedad son en
realidad derechos de los ciudadanos, de hecho los hombres llegan a ser iguales
por convención y por derecho. El hombre es libre o no es hombre, por ende, si
se agrupa políticamente no es para perder la libertad, sino para
preservarla. En cuanto miembro de un grupo
los hombres gana individualmente más que aislado, fuera de la sociedad no hay
escala de valores que permita juzgar el bienestar.
La comunidad política nace mediante un
contrato social que todos los hombres suscriben, con renuncia total de sus
derechos naturales y sometimiento al nuevo ser moral que nace, en garantía de
la igualdad. La libertad se conseguirá con la asamblea de todos los ciudadanos,
órgano donde reside la soberanía popular, encargada de dictar la ley, expresión
de la voluntad general. Iguales por la renuncia de todos, libres porque no
estarán sometidos a una voluntad ajena, solidarios porque lo que quiero para mí
lo he de querer para los demás.
Ahora bien, Rousseau no trata de situar el
contrato social en un momento histórico, incluso llega a afirmar que puede no
haberse otorgado nunca, tan sólo es un principio de justificación ideal del
Estado. Sin embargo, su justificación
ha de ser supuesta para salvaguardar los derechos fundamentales de los hombres,
frente a la ruta equivocada del desarrollo social que ha degenerado al hombre. A su vez, el gobierno no puede ser objeto del
contrato ya que este es solo órgano del pueblo desprovisto de poder
independiente.
b. La
soberanía
Es válido unirnos todos en una asociación en
que el poder colectivo defienda la persona y bienes de cada uno. A su vez, cada uno –ciudadano- se entrega a esa
comunidad y depende de esta entendida como cuerpo. Este colectivo es el sujeto de la soberanía
y único legislador. El pueblo soberano se rige de modo inmediato a sí mismo por
la simple expresión de su voluntad, la ley, por la cual crea el gobierno y nombra
a sus miembros. Pero estos no celebran
un contrato con el pueblo dado el carácter inalienable e indivisible de la
soberanía.
Esto último impide a su vez encargar la
función legislativa a representantes. El
cuerpo social resultante del pacto une la voluntad de todos en una voluntad
colectiva hacia el fin común (no el particular), en el ejercicio de esta
voluntad general radica la soberanía.
Pueblo y Estado se identifican, siendo el primero el que conforma,
controla o cambia las instituciones políticas del segundo. La soberanía, no está sujeta a restricción,
es infalible y absoluta, pues es a la ley (esta establece los derechos y
deberes) a la que deben obedecer los hombres.
c. Voluntad general.
Si el cuerpo social es el depositario de la
soberanía, el aglutinante de ese ser colectivo es la voluntad general. Esta es la expresión ideal del deseo popular
de liberación que implica una previa igualación social. No sólo se debe ser libre para ser igual,
sino que antes se debe ser igual para poder ser libre. No es la suma automática de voluntades del
conjunto ciudadano, pues representa un bien colectivo que no es lo mismo que
los intereses privados de sus miembros.
Es un estado de gracia política.
Hay que hacer ciudadanos a los seres humanos
antes que hombres y para esto los gobiernos tienen que dar libertad bajo la
ley. Han de proveer al bienestar
material eliminando desigualdades en la distribución de la riqueza y crear un
sistema de educación pública en que la individualidad se considere en relación
con el cuerpo del estado. La tarea del gobierno ha de ser el mantenimiento del
progreso, delimitando las posesiones con impuestos, prohibiendo su acumulación
y educando a los ciudadanos.
La voluntad general es propia de una
comunidad en que la mayoría de los hombres se guían por la virtud. La ley es un acto de la voluntad general que
ha de tender al bien ciudadano o interés general (regulando materia general no
particular) y que proviene de una asamblea de ciudadanos (origen general). Las leyes nacen en esta asamblea, producto de
la voluntad general, según la cual mi beneficio pasa por el logro del beneficio
de los demás. Frente al bienestar
general no existen derechos individuales.
Por
supuesto, reconoce Rousseau, dicho bienestar exige alguna libertad de elección
y acción individuales, límite de la voluntad general. No existe una división de poderes, mas para
auxiliar a la Asamblea de Ciudadanos en el cumplimiento de la ley surge el
Gobierno (magistrados, reyes, etc.).
Este último es el Órgano ejecutivo del Estado y sus miembros son
administradores que el pueblo elige o derriba.
El Estado es la sociedad políticamente organizada no representable que
se expresa por las leyes.
Modelo de Democracia.
a. Forma de gobierno
Existen diversas formas de gobierno según
sean las condiciones materiales, económicas, sociales y pueblos. Una de estas puede ser la democracia, siendo
mejor la que mantenga un número cada vez mayor de población en la prosperidad. La democracia para Rousseau designa la forma
de gobierno en la que el pueblo como corporación vota las leyes y el gobierno
en sentido estricto, el poder ejecutivo, las ejecuta sin pretender usurpar la
soberanía de aquél.
Distingue así radicalmente entre soberano y
gobierno, siendo imposible que este último sea democrático, es decir, la
ejecución de las leyes de carácter masivo, por todos o la mayoría
ciudadana. El gobierno democrático nunca
ha existido, esa es una fórmula solo para ángeles no para hombres. Pues supone
la pequeñez extrema del Estado, gran simplicidad de las costumbres, mucha
vigilancia y valor ciudadano, siendo antinatural que el mayor número gobierne y
el pueblo aparte su atención de los asuntos generales.
La voluntad general como concepto jurídico y
moral adquiere mayor sentido con el de democracia, como el gobierno del pueblo
sobre el pueblo, dado el doble carácter de los ciudadanos, al adoptar las leyes
que han de obedecer. Esta identidad democrática entre gobernantes y gobernados
garantiza se hará buen uso del poder soberano. Pero, cuando hay una gran distancia entre los
intereses particulares de los gobernantes y los del pueblo, sin poder del
pueblo sobre el pueblo sino de un pequeño grupo sobre la mayoría, no se dará la
democracia.
b. Participación
La
base de sistema democrático se encuentra en la participación de toda la
ciudadanía en la legislación. La
democracia ejercida directamente por asambleas populares es el medio de evitar
la usurpación del poder. El pueblo
ejerce la soberanía y no la delega en sus representantes o administradores, en
el gobierno del cual permanece separado.
La ley en sentido material y formal proviene de la voluntad general, la
cual no admite representación. El
poder aparece así dividido entre la sociedad que legisla y el gobierno
ejecutivo.
Para Rousseau la tarea legislativa consiste
esencialmente en elaborar una constitución justa y sabia que inaugura e informa
el nuevo régimen estatal. En el
legislativo propone una democracia personal y participativa como exigencia
necesaria del pacto y condición para preservar la libertad personal y
colectiva. La democracia directa y
personal es un derecho y un deber irrenunciable (más sin instrucciones
precisas), síntoma seguro de salud pública. Toda ley que el pueblo no ha
ratificado directamente es nula.
Montesquieu dividió el poder en legislativo,
ejecutivo y judicial. La falla del
sistema se encuentra en la correcta, leal y real representación del pueblo,
pues en su ausencia la ley legitima el dominio de un pequeño grupo sobre las
mayorías. Los pocos ricos y educados
podrían así defender sus privilegios con los votos de los muchos, pobres e
ignorantes, a contrapelo de una convivencia libre y democrática. La democracia
no es abstracción, lo es cuanto más cerca está de la voluntad popular y cuanto
más participe el pueblo en las decisiones políticas.
b.
Representación
La representación es pérdida de la pureza
democrática y síntoma de la subordinación del interés público a los intereses
privados, de un régimen político deficiente o amenazado gravemente por la corrupción
política. La solución a esta se
encuentra en una democracia de soberanía popular indelegable ejercida por todos
los ciudadanos. Por eso Rousseau no
diseñó un mecanismo político compatibilizador de los intereses privados con los
públicos, problema más agudo de la burguesía contemporánea que entonces ha recurrido
a la representación.
En una democracia es inconcebible la
representación –vigente en el régimen feudal y absolutista- en cuanto secuestro
de la soberanía popular de las manos ciudadanas. Lo que no es el pueblo apenas merece ser
tomado en cuenta, pues si el hombre es el mismo en todos los rangos de la
escala social, mayor respeto merece los rangos más numerosos. Democracia es modo de vida y forma de
gobierno que aspira un pueblo gobierne. Esta forma republicana de gobierno es
la única legítima.
Pero, no en todos partes y tiempo puede
implantarse un orden político legítimo. Se requiere un limitado territorio
estatal y la juventud del pueblo no descompuesto por las contradicciones sociales
y el egoísmo individual. Esto último
porque en la madurez los pueblos ya tienen unos hábitos y prejuicios
incorregibles. Lo primero siempre que
no sean demasiado pequeños como para depender económicamente o en su defensa de
otros; ni tan grandes que las diferentes condiciones de sus ciudadanos impida
una legislación uniforme.
Por eso, no conviene vivir en comunidades tan
grandes como las nuestras, propicias para la deshumanización. Ante la impracticabilidad en los grandes
estados Rousseau propuso una representación: sin reelección y cambio frecuente;
con el deber de seguir instrucciones y dar cuenta de la actuación. Es decir, un sistema de delegados con
instrucciones y voto imperativo a la asamblea nacional. Pero, tras la revolución se impuso la
soberanía nacional, donde los representantes lo son de la nación (independencia
de criterio) y control en una nueva elección
CUESTIONARIO
|
1 |
¿Qué
sistema político contemporáneo se asemeja al contrato social? |
|
2 |
piensa
y describa la importancia de la democracia |
|
3 |
Explica
cual es el objetivo o finalidad del contrato social |
|
4 |
Qué
modelo de democracia de gusta argumente
¿por qué? |
|
5 |
Qué
conclusiones tienes sobre el contrato social. |

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